lunes, 7 de febrero de 2011

LA BATALLA DE OMDURMÁN: LA BATALLA QUE PUDO CAMBIAR LA HISTORIA.

Cuando me preguntan porque hablo de batallas y porque me intereso por ellas, es porque creo que los resultados de las mismas son los que determinan como es el mundo en el que vivimos, a raíz de victorias y derrotas en los campos de batalla, surgen naciones o se destruyen, conquistas llegan a buen puerto o quedan en aguas de borraja, y también, porque en ellas, se dan cita figuras determinantes a lo largo de la historia; y la batalla de la que os voy a hablar hoy pertenece a este último grupo, cuando una guerra entre Sudán y el Imperio Británico, podría haber dado al traste con una figura determinante en la historia del mundo en el S. XX. Pero toda historia, tiene un comienzo.

A finales del Siglo XIX y comienzos del XX, el Imperio Británico abarcaba una población de cerca de 458 millones de personas y unos 33 000 000 km², lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de las tierras emergidas. Países como Australia, Nueva Zelanda, Canadá, India, Hong Kong, Birmania, Malasia o Sudáfrica conformaban este gran Imperio, pero también países en el norte de África, y éstos son en los que nos centraremos.


(En la imagen, gráfico del Imperio Británico a comienzos del S. XX; Fuente: "http://elcuartodelahistoria.blogspot.com")

En 1875, el Primer Ministro británico, Bejamin Disraeli, compró las acciones de la Compañía del Canal de Suez, que comunica el Mar Rojo con el Mar Mediterráneo, que pertenecía al gobierno egipcio y estaba en quiebra en aquella época. Por ello, tan sólo 6 años más tarde, estallaba la rebelión egipcia, rebelión que incluso logró tomar la ciudad de Alejandría y fortificarse en ella. Un año más tarde, en 1882, las tropas inglesas lograron restablecer el orden en el país, pero aunque la revuelta había sido sofocada, ésta había sido el germen para una revuelta más peligrosa: en Sudán, el Mahdi, que era lo que venía a ser una especie de enviado y líder religioso, instó a la sublevación a los derviches, que eran miembros de las cofradías musulmanas, por tanto, podemos decir que fue lo que viene a ser una revuelta militar y religiosa (algo similar a lo que vivimos hoy en día, salvando las distancias, obviamente).

Por tanto, los ingleses deciden la evacuación de la capital, Jartum, que aún era propiedad inglesa y para ello envían al general Gordon como supervisor de la misma, estamos en el año 1885. Gordon, que había sido un ferviente defensor de la prohibición del esclavismo en Sudán, se negó a dejar a su suerte a todos los habitantes afines al Imperio y decidió pedir refuerzos a Londres y tratar de aguantar lo máximo posible. Desde la metrópoli, se negaron esos refuerzos, pero la desesperada situación y la presión de la opinión pública hizo que hubiera un cambio de idea y sí se enviaran, pero era demasiado tarde, 2 días antes de la llegada de la columna militar, el general Gordon era asesinado y Jartum era prácticamente perdida para los ingleses. Ese mismo año, fallecía el Madhi, pero su sucesor, el califa Abdullah siguió en su misma línea con ataques a Egipto en la frontera y represión contra toda persona afín a Inglaterra.


(En la imagen, General Gordon; Fuente: "http://chestofbooks.com")

En 1896 la paciencia de los británicos llegó a su límite, y el nuevo Primer Ministro, lord Salisbury, dejó claras sus intenciones: Sudán sería reconquistado, la zona sería apaciguada y el tráfico de esclavos llegaría a su fin.

La tarea se encomendó a Horatio Kitchener, sirdar (comandante en jefe) el ejército angloegipcio, un hombre sin experiencia pero orgulloso, cabezota y también determinado a la victoria. Por tanto, Gran Bretaña tenía los medios, el material y la fuerza bélica necesaria para acabar con aquel conflicto, pero ¿cómo luchar contra un enemigo que domina el desierto y qué espera a presentar batalla en él?

Kitchener ideó un plan para trasladar a sus tropas y material: el primero muy fácil y obvio, remontar el Río Nilo hasta 800 km al Sur de El Cairo, justo hasta la catarata de Quadi Halfa, pero en este punto, se presentaba un problema, que era llegar a Jartum, puesto que el río comenzaba a discurrir en dirección contraria a la deseada haciendo un giro que les hacía perder mucho tiempo. Para solucionarlo, decidió la construcción de un ferrocarril en pleno desierto. Ésta idea pareció descabellada, pero Kitchener, decidido en sus planteamientos, no la abandonó y logró se llevara a cabo. Por tanto, avanzando a razón de 2 Km por día, a finales del año 1897 se logró establecer una línea de suministros vía fluvial y vía por tren, hasta casi las puertas de la propia ciudad de Jartum


(En la imagen, Horatio Kitnecher; Fuente: "http://www.biografiasyvidas.com")

El califa sudanés decidió enviar al encuentro de la columna británica al emir Mahmoud al mando de 16.000 soldados, estableciéndose éstos en la confluencia del Nilo y la ciudadde Atbara. Mientras que el propio califa esperaría con el grueso de su ejército, en torno a 50.000 guerreros, 320 km más al sur, cerca de Jartum.

En abril de 1898, los ingleses estaban situados frente a la avanzada musulmana. Una mañana a primera hora, comenzaron los movimientos de tropas, y Kitchener ordenó comenzar un bombardeo sobre las posiciones sudanesas seguido de una gran carga de infantería, cogiendo por sorpresa a los insurrectos y haciéndolos batirse en retirada, dejando éstos atrás millares de muertos y heridos y más de 500 prisioneros.

El 1 de septiembre, la coalición anglo egipcia llegaba a las inmediaciones Jartum, en Ondurmán; allí se decidió establecer un gran perímetro defensivo apoyado en la zereba, que es un arbusto espinoso muy denso del desierto. Patrullas a caballo estudiaban y vigilaban la zona, además, uno de los flancos estaba junto al río Nilo, donde las cañoneras británicas daban protección extra a los ingleses. Dentro del perímetro defensivo más de 46 cañones y una batería de ametralladoras automáticas Maxim, junto a un ejército de unos 25.000 soldados (8.000 ingleses y 16.000 egipcios y sudaneses desafectos al califa), esperaban por el ataque sudanés.

A las 4 y media de la mañana, sonó la alarma en el campamento británico, una gran masa de derviches, en torno a 50.000 guerreros armados principalmente con espadas y lanzas, y algunos fusiles Remington se aproximaba al campamento británico; pero éstos supieron responder, las fuerzas autóctonas no estaban tan bien equipadas como lo estaban las inglesas y a las 4 horas de ataques, los muertos se acumulaban a más de 400 metros de las líneas defensivas.


(En la imagen, soldados antes de la batalla, parapetados tras las zerebas; Fuente: "http://www.tocorre.com")

Los derviches trataron de hacer un último esuerzo por romper la línea británica, 20.000 guerreros cargaron contra el flanco este aprovechando las colinas de Kerreri, pero su mala organización y su escasa preparación y equipamiento hizo que muy pocos llegaran al perímetro defensivo inglés.

Todo parecía apuntar a la victoria británica, pero Kitnecher cometió un grave error, que fue ordenar al 21º cuerpo de Lanceros a caballo cargar contra el flanco sudanés para tratar de asegurar el camino hacia Jartum. Lo que no contaba, es que ese flanco que parecía más débil y al que no se le contaban rifles, hiciera un movimiento de repliegue tras una loma, donde había más derviches, un escuadrón de casi 12 filas de profundidad recibía con una gran descarga de fusilería a los jinetes británicos, que responderon a ésta con una de las últimas grandes cargas de caballería de la historia. Por suerte para los ingleses, en esta batalla sus rivales no eran rusos armados con ametralladoras como en Balaklava, pero habían cometido el mismo error y sólo la suerte les libró de un mal mayor. Aún así, más de 60 soldados y más de 100 caballos fallecieron en aquella carga, por sólo 25 derviches muertos.


(En la imagen, dibujo de la carga de Lanceros; Fuente: "http://www.mundohistoria.org")

Y como no, en esa batalla también hubo escenas para el heroísmo de algún soldado; por ejemplo el capitán Kenra, del Cuerpo de Lanceros, trató de llegar hasta su superior, el Teniente Grenfell, desmontado y rodeado por enemigos tras la carga; cuando Kenra llegó a él, el teniente ya había muerto, pero Kenra arriesgó su vida para salvarlo y, al menos, volvió con el cadáver a las líneas amigas. El Cuerpo de Lanceros se llevó aquel día 4 Cruces Victoria, la mayor condecoración británica de valor frente al enemigo.


(En la imagen, fotografía del Capitán Kenra; Fuente: "http://www.mundohistoria.org")

Otra Cruz de la Victoria se le otorgó al lancero Byrne, quien viendo a un compañero rodeado y desmontado, y a pesar de estar herido en el brazo, corrió a su auxilio logrando salvar su vida pero recibiendo un lanzazo en el muslo en la acción.

Con esta victoria, Inglaterra logró asentar su poder en la zona y atajar cualquier posible revuelta en una zona conflictiva, dado que ese tipo de revueltas fanáticas eran muy peligrosas y sangrientas. Luego llegarían los conflictos con los franceses, pero ambos resolverían sus disputas cuando Alemania se mostró como un poder emergente y posible enemigo común.

En cuanto al personaje que os hablaba al comienzo de este relato... pues bien, si sabemos sobre esta batalla es porque el periódico londinense Morning Post, contaba con un reportero que también era soldado, perteneciente al 4º Cuerpo de Húsares del 21º Regimiento de Lanceros y que participó en aquella carga que bien pudo dar al traste con su vida, su nombre: Winston Churchill.

martes, 4 de enero de 2011

EL MISTERIO DE LOS REYES MAGOS.

Tanto en el Evangelio de Lucas, como en el Evangelio de Mateo, se habla de que cuando Jesús estaba casi recién nacido, unos Magos llegaron de Oriente para adorarle y darle sus presentes. Aún a día de hoy, no se sabe a ciencia cierta quienes eran estos ilustres personajes, procedencia, incluso no se conoce su número exacto, pero lo que sí está claro es que a raíz de ellos, se fomentó una tradición que reflejada en la ilusión y rostros de los niños (y no tan niños) en los días 5 y 6 de Enero de cada año, hace que, al menos esos dos días, todo el mundo se sienta más o menos “monárquico”.

En esta entrada no tendré en cuenta las fechas estimadas del viaje de los Reyes Magos a Belén, puesto que todas las fuentes consultadas coinciden en que la fecha del 5 al 6 de Enero, 13 días después del Nacimiento de Jesús, es una fecha muy prematura para su llegada, y se establece ésta cuando Jesús ya tenía 5 o 6 meses.

¿Eran 3? En las distintas tradiciones, se habla de 3 visitantes, 4 e incluso hasta 12, equiparando su número al futuro número de discípulos de Jesús; pero fue en el S V con el Papa León I cuando se estableció su número en 3.

Pero en primer lugar; ¿eran Reyes realmente? En los Evangelios se habla de 3 Magos, pero no magos con una concepción actual obviamente, sino todo parece indicar que serían 3 astrónomos/sabios pero que sí tenían unos conocimientos muy superiores a cualquier coetáneo, independiente de que en esa época en torno al 85% de los habitantes del Imperio Romano no supiera leer ni escribir, los conocimientos de astronomía y otras ciencias que estos personajes tenían no eran fácilmente equiparables.




¿Astrónomos? Todo parece indicar que sí, se habla en Evangelios Apócrifos incluso de 3 estrellas que les habrían señalado el lugar de nacimiento de Jesús; puesto que tenemos una estrella mucho más intensa y potente que cualquier otra, que les guiaría hasta Belén; una segunda estrella que estaría de una manera continua sobre el establo, para marcar el lugar exacto, y por último, se habla de una tercera estrella que estaría dentro del propio establo, estrella que cuando Jesús nació dio una luz tan intensa que ocultó a todos el propio nacimiento, bajando su intensidad después pero nunca apagándose (a modo de luz interior).



Cuando el S V, se estableció su número en 3 (tal vez en relación a los 3 regalos), también se dieron varios puntos a tener en cuenta a colación de esto. En primer lugar, recordar el significado de los 3 regalos: oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre, simbolizando su futura muerte; de todas maneras, en relación de nuevo a los evangelios Apócrifos (datados del S II), se habla de un cuarto regalo: el libro de Seth, que era un libro de ciencias ocultas (de aquí tal vez podamos pensar porque en la tradición de la Iglesia Ortodoxa rusa se habla de un cuarto Rey llamado Artabán). Y en relación a las mismas fuentes, éstos Magos eran además Reyes, determinado también tres nombres y tres posibles procedencias, que son las siguientes: Melichior, rey de Persia; Gathaspa, rey de la India; y Bithisarea, rey de Arabia: 3 lugares que están ciertamente al Este de Belén. No se sabe a ciencia cierta si llegaron solos o con una Gran Corte cada uno, pero bien es cierto que si pensamos que eran Reyes, lo normal es también no pensar que iban acompañados sólo de un paje cada uno. Además, ya se data también que los Reyes llegaron en diferentes monturas a Belén, llegando cada uno en una bestia típica de su país, es decir, en caballo desde Siria, en elefante desde la India y en camello desde Arabia.


(En la imagen, Reyes Magos de Oviedo; Fuente: www.lne.es)

Sería ya durante el Renacimiento cuando, primero, se hizo un paralelismo entre las edades de los Reyes y las etapas de la vida del hombre vejez, madurez y juventud), y, segundo, se empezó a representar al último de los Reyes como un Rey de color, pero aún así, es también sospechoso que se representara al último de ellos, al que procedía de Arabia, el país de los 3 donde sería más probable encontrar a alguien negro. Por último, cabe preguntarse si hicieron el viaje solos o se juntaron en el camino. Todo parece indicar la 2ª opción una vez descartada la idea de que eran sabios persas. Así que si llegaron desde diferentes lugares, y dada la lejanía de los 3 reinos, es lógico pensar que no comenzaron su viaje a la vez, puesto que, desde la India, el viaje duraría en torno a 3 meses, mientras que desde Arabia, tan solo un par de semanas; por lo que la primera Estrella se fue revelando progresivamente a los Reyes, como si hubiera habido un cálculo que escapa a nuestras percepciones, tal que los 3 se encontraran en el camino a Belén.

A día de hoy, los restos de estos 3 personajes, descansan en el Relicario de los Reyes Magos, en la Catedral de Colonia desde la época del Emperador Federico Barbarroja, pero si algo es enigmático, es que la ciudad fuera arrasada a bombardeos aliados durante la 2ª Guerra Mundial, pero que la Catedral permaneciera intacta durante todo el conflicto; ¿casualidad solamente?

Lo cierto, es que aún ahora, es una historia llena de misterios y de enigmas que, posiblemente, nunca podrán ser contestados, pero también es una historia que hace que los más pequeños llenen de ilusión las calles y los hogares cada 5 y 6 de Enero, y porque no, todos nos sintamos niños otra vez gracias a ellos.

¡Y acordáos! Cuando comáis el roscón, aquel al que le salga el haba, será coronado rey por un día, que el haba es un augurio de buena suerte desde la época de Roma; eso sí, también se convierte en el padrino del niño Jesús y le toca pagar el roscón…