lunes, 26 de abril de 2010

LOS PROLEGÓMENOS DEL DÍA “D”: LA NOCHE DE LAS DIVISIONES AEROTRANSPORTADAS ALIADAS

Centrémonos en el marco de la 2ª Guerra Mundial y pensemos únicamente en el campo de operaciones europeo.

El 1 de Septiembre de 1939, las tropas alemanas invadían Polonia, esto fue el principal desencadenante del mayor conflicto bélico conocido hasta hoy en día, comenzaba una guerra que se prolongaría 6 años y donde morirían en torno a 60 millones de personas, comenzaba la 2ª Guerra Mundial. A Polonia la seguirían Dinamarca, Noruega, Países Bajos y finalmente, Francia se rendía el 22 de junio de 1940, la táctica de la guerra relámpago, la táctica de la blitzkrieg alemana, resultaba imparable. Meses más tarde, Italia invadiría Grecia y con la ayuda germana, tomaría también Yugoslavia; además países como Hungría o Rumanía se habían aliado con la Alemania Nazi, es decir, Europa Occidental era prácticamente territorio en manos del Eje.

Aunque Alemania había sufrido ya graves pérdidas en el frente Oriental, sobre todo en las batallas de Kursk en 1943 y Stalingrado entre 1942 y 1943, y en el Norte de África, donde el Afrika Korps ya había sido prácticamente derrotado en El Alamein, en 1942, y aunque los Aliados ya luchaban contra los italianos en Sicilia y en el Sur de la península italiana, éstos sabían que si querían acabar con la Alemania de Hitler, sería necesario entrar en la Europa ocupada, y la única manera de entrar era con el mayor desembarco anfibio de la historia, se estaba gestando lo que sería la tumba para muchos jóvenes soldados británicos, estadounidenses y canadienses, pero lo que a la postre, sería la operación más decisiva para que la guerra acabara, se gestaba el Desembarco Aliado en Normandía.


(Esta imagen corresponde a las playas en las que se llevaría a cabo el Desembarco y quién haría el mismo; fuente: "La bitácora del Comandante Bigotes" )

Así llegó el día D, la mañana del día 6 de Junio de 1944, 36 divisiones británicas, canadienses y norteamericanas, llegadas incluso directamente desde Estados Unidos, desembarcaron en las Playas de Omaha, Utah, Gold, Juno y Sword. Es difícil precisar de cuántos hombres constaba una división, puesto que no es una cifra exacta para cada una ya que depende de varios factores, pero por dar una cifra, cada división tenía entre 10 y 16.000 hombres, y se cifra en torno a 200.000 soldados los participantes en el Asalto propiamente dicho.


Pero el Asalto dependió de muchos factores para que tuviera una resolución positiva a los intereses Aliados, y aunque los servicios de inteligencia tuvieron parte de culpa, y que el Ejército Alemán estaba ya debilitado y destinado en su mayor parte en el Frente Oriental, uno de los factores determinantes tuvo lugar en la madrugada de la noche anterior al desembarco, cuando 3 divisiones aerotransportadas: 2 americanas, la 82ª y la 101ª, y 1 británica, la 5ª, se lanzaron en los campos de Normandía en la llamada Operación Overlord, en torno a 20.000 soldados llovieron en la madrugada sobre la Península de Cotentin y en las cercanías de las 5 playas.

El armamento que un paracaidista norteamericano llevaba esa noche, podía ser de 2 tipos básicamente, un subfusil Thompson o una carabina M1, ambos usaban cargadores de 30 cartuchos; además de su Colt 45, un cuchillo de combate y posiblemente un par de granadas de mano. Pero a buena fe que también disponían de sus BAR,
el Rifle Automático Browning, que junto a su hermana mayor, la Browning M1919, venían a ser el equivalente norteamericano de las ametralladoras de posición alemanas, como la MG42 o la MG34; salvo que el BAR podía ser transportado y usado por un solo hombre.

(En la imagen una ametralladora BAR.; Fuente: "www.helstongunsmiths.com")


Ahora que ya podemos hacernos una idea del soldado, imaginaros por un momento la situación, más de 800 aviones C47 y C54 atravesando el Canal de la Mancha, tuvo que ser una estampa impresionante. Hay que decir, que la manera que los aviones tenían de saber cuales eran las zonas de lanzamiento en la oscuridad de la noche, era porque previamente, una oleada de 19 aviones había salido con el fin de lanzar a los conocidos por “pathfinders”, que serían los encargados de marcar con balizas de luces y con los radares Eureka las zonas de lanzamiento propicias para la infantería. No obstante, el mal tiempo, era una noche muy nubosa, así como el fuego antiaéreo alemán, hizo que muchos de los pathfinders no pudieran marcar las zonas de lanzamiento escogidas, o bien, que las marcaran en el lugar equivocado; además, la avanzadilla de aviones desde la que saltaron los pathfinder, no pudo avisar al cuerpo principal porque estaba impuesto el silencio en la radio. Sea como fuere, cuando la oleada de aviones llegó a la Península de Cotentin, nada salió como el Alto Mando Aliado esperaba, bien es cierto que se logró el objetivo final, que era que los soldados tomaran tierra, pero lo hicieron muy desperdigados, y en muchas ocasiones, aislados de sus respectivas compañías. Cuesta imaginar lo que un soldado pudo pasar esa noche, en territorio enemigo, aislado de su unidad, en bastantes ocasiones desarmado por perder su equipo en el salto… porque los saltos no habían sido fáciles, las nubes habían hecho que muchos pilotos variaran la altura de vuelo, y esto no hizo más que dar facilidad a los antiaéreos alemanes, los aviones eran alcanzados, algunos lograban soltar su carga, de manera más o menos afortunada, pero otros eran destruidos sin tiempo a nada.

(En la imagen, aviones C47 en los prolegómenos al Día D; Fuente:" www.justordinarymen.org.uk")


Pero esa noche, también hubo momentos para la gloria, donde puñados de soldados demostraron porque, en su mayor parte, eran la flor y nata de los ejércitos aliados, demostraron porque a ellos se les podía encomendar el proteger puentes, carreteras o destruir puestos de artillería para asegurar el desembarco, como sin soporte pesado, podían aguantar el envite de posibles contraataques alemanes. Y aquí, podemos hablar de la Operación Tonga.

Nos encontramos en Bénouville, pequeña comuna francesa de no más de 1.000 habitantes, cerca de Bénouville, los puentes Horsa, sobre el río Orne, y Pegaso, sobre el Canal de Caen; éste último, no muy grande, 55 metros de largo, pero sí muy importante, puesto que era el único en la carretera que unía Caen con la playa Sword. Tres planeadores británicos Horsa aterrizarían en un pequeño descampado cercano y 150 soldados pertenecientes al Batallón de Infantería Ligera Oxfordshire y Buckinghamhire, comandados por el Mayor John Howard, junto con unidades SAS, que eran las fuerzas especiales británicas, serían los primeros soldados aliados en disparar aquella noche y en conseguir los primeros objetivos fijados.

(En la imagen, el Puente Pegaso, con los aeroplanos Horsa al fondo; fuente:"www.mundosgm.com")

Los antiaéreos ya suenan en la noche normanda, y en torno a las 12 de la noche, el primero de los planeadores toma tierra: 50 comandos ingleses del cuerpo SAS (Servicio Aéreo Especial en castellano), con su inconfundible boina roja calada, se encaminan al Puente Pegaso, al mando el Teniente Ted Brotherhidge. El puente estaba custodiado por una pequeña guarnición alemana y por un puesto de ametralladora. Amparados por la oscuridad de la noche y el ruido de la batalla, los comandos británicos se deshacen sin dificultad de los centinelas, pero entran en un intercambio de disparos con el nido de la ametralladora; en ese momento, el Teniente Brotheridge, se adelanta y lanza una granada, acabó con el nido y permitió que sus hombres tomaran el puente, pero fue alcanzado por los disparos alemanes y murió tras lanzarla. Fue la primera baja aliada ese día.

Mientras, el resto de soldados del grupo de asalto, tomaba el puente Horsa y se unía a sus compañeros en Pegaso; en 15 minutos habían cumplido sus objetivos, pero tocaba lo difícil. En unas horas comenzaría el desembarco y los alemanes debían de pasar por ese puente en dirección a la playa Sword, ese puente era vital de asegurar. No obstante, la primera idea era destruirlo, pero la falta de contacto con la Resistencia Francesa impidió que las cargas de dinamita estuvieran preparadas; tocaría resistir el envite alemán hasta que llegaran los refuerzos desde las playas.

Los soldados británicos se atrincheraron. La falta de un búnker, como era costumbre en muchos puentes, hizo que tuvieran que ampararse en posiciones defensivas bien cavando hoyos en el suelo, o parapetarse con elementos que encontraran en el entorno, como maderas, puede que alguna roca del lecho del río o incluso aprovechando posiciones defensivas que los alemantes tuvieran, pero era el momento para las ametralladoras ligeras Bren y para los PIAT antitanque, y estos respondieron.

(En la imagen, soldado británico usando un PIAT; fuente:"www.elgrancapitan.org/")

En Caen estaba estacionada la 21ª División Panzer, y a ésta se le ordenó el contraataque sobre el Puente Pegaso; aunque el primer envite corrió a cargo de la 6ª compañía de Panzergrenadier, que eran unidades con apoyo mecanizado ligero: los SdKfz, que eran camiones semi-oruga con ametralladoras montadas en la parte posterior o bien destinados al transporte de tropas regulares. Por su parte, la 21ª División Panzer se componía básicamente de Panzer IV y también algunos Panzer II: en total en torno a 120 tanques como principal frente de vehículos pesados frente a la fuerza invasora; así que esto nos invita a pensar que tal vez el ataque sobre el puente fue llevado en su mayor parte por tropas a pie con algún Panzer II de apoyo, puesto que esos Panzer IV podían ser muy necesarios si la operación aliada fructificaba. Aún así, los británicos aguantaron, en inferioridad numérica, (aunque bien es cierto que se habla de equipos de paracaidistas que aterrizaron cerca y se unieron a éstos), así como de armamento y con recursos limitados, pero aún así, lo consiguieron, aguantaron los ataques y los defensores de la playa Sword no recibieron refuerzos aquella mañana del día 6, gracias a ello y a pesar de las bajas inglesas en la propia playa, el desembarco anfibio se llevó a cabo con éxito y las primeras unidades del asalto alcanzaban los puentes sobre la 1 del mediodía. Los comandos habían cumplido su misión con éxito.

(En la imagen Panzer II; fuente:"commons.wikimedia.org")


Este es un pequeño ejemplo de las acciones que ocurrieron aquella noche; pero también hubo acciones para recordar en los días previos; en Pointe du Hoc, que era un pequeño promontorio cerca de la Playa Omaha, había una batería costera de cañones alemanes de gran calibre, y a un grupo de Rangers estadounidenses se le encargó acabar con ella la mañana del día 5, es decir, el día previo a la operación. Tras llegar al punto en el que suponía estaban los cañones y sufrir graves pérdidas, puesto que habían escalado el pequeño acantilado a pulso usando cuerdas de escalada, comprobaron como los cañones se habían trasladado al interior, y sin dudarlo, los hombres restantes, se adentraron en territorio enemigo, acabaron con su misión y aguantaron 2 días parapetados hasta poder recibir refuerzos, y cuando estos llegaron, quedaban menos de un tercio de los soldados que habían comenzado la misión.

Jornadas de lucha, donde cada palmo del terreno era vital, jornadas sangrientas, duras, cruentas, donde muchos soldados perdieron a amigos y compañeros, pero donde su determinación a la lucha y su valor lograron que el día 6 de Junio cambiara el curso de la guerra de manera definitiva; aún quedaban muchas batallas en tierras europeas: llegaría la liberación de París, llegaría la Operación Market Garden, pero a buena fe que el Desembarco fue imprescindible para que todo lo demás pudiera ocurrir. Vaya desde aquí este homenaje a todos los soldados que tomaron parte en las batallas de ese día, soldados determinados a la victoria en una misión que sabían iba a ser muy dura y que posiblemente les costaría la vida.

(En la imagen, escudo de la 101ª División Aerotransportada de los EEUU; fuente:"rincondelblindado.blogspot.com" )

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